el otro lado del mundo

jueves, noviembre 17, 2005

Combinado de sol, playa y aguas cristalinas en las islas Phi Phi

A las islas Phi Phi sólo se puede llegar en ferry desde Phuket o desde Krabi y la llegada es a un muelle en el que empieza la calle mayor del pueblo, llena de bungalows, restaurantes, negocios de buceo y algunos bares que oscurecen la idea inicial de playas de arena blanca, cocoteros, aguas cristalinas y escenarios preciosos.



Pero éstos existen, sólo que un poco más allá :) Preguntad por Koh Bambu o pedid a un taxi-bote que os lleve a otras calas de Phi Phi (la más cinematográfica: Maya beach, donde se rodó la sosaína película La playa, protagonizada por Leonardo di Caprio).

Para cenas, meriendas (recomendada la Phi Phi bakery!), fiestecillas u observación nocturna de adolescentes que se emborrachan a cubos (cargados con hielos y un combinado de ron con algún refresco), "la capital" es el lugar perfecto y hay un bar, el Hippies, que no cierra hasta el amanecer...



Los que busquen algo más tranquilo, pueden coger un bote-taxi hasta alguna de las calas cercanas ya que no hay transporte terrestre.

Nos quedamos en la playa de Hat Yao, también conocida como Long Beach, y tras ver los cuatro establecimientos acabamos en el Paradise Resort, en el que si se reserva con tiempo los bungalows más cercanos al mar están muy bien.

Una vez allí toda la actividad a la que nos dedicamos fue a ponernos el bañador y llegar a la playa en un minuto o al restaurante en dos.

El lugar es ideal pa'relax con amigos y/o libros, musikita, cuadernos, crucigramas, sudoku u otros pasatiempos. Quien busque fiesta nocturna mejor que vaya a Phuket o Krabi y quien busque lugares solitarios y vírgenes mejor que vaya más al sur (a sitios como Koh Tarutao, que es parque natural y no permite construcciones).

Cuanto más lejos del "centro" más tranquilo se está y más bonitas son las playas (pero más lejos quedan las posibilidades de comida y bebida, claro). La mejor, coincidimos todos, es la isla de Koh Bambu, a unos 45 minutos de barco más o menos, que es la que aparece en la primera foto. Todas las excursiones de un día en barco llegan hasta allí pero también existe la posibilidad de saltarse la excursión e ir directamente.

Datos prácticos

* La mejor temporada para ir es de noviembre a abril porque los demás meses diluvia de manera monzónica y muchas veces el servicio de ferrys queda interrumpido.

* El ferry desde Phuket se toma desde Pukhet Rassada Port. Intentad decir que os lleven ahí en vez de decir que vais a las Phi Phi porque lo más probable es que acabéis en algún puerto diminuto desde donde luego os llevarán al grande tras meterse en el bolsillo una comisión. Aún así, son dos euros de diferencia, o sea que tampoco es mucho drama. El precio real son 300 bahts.

* A la vuelta desde las Phi Phi hay gente en el barco vendiendo billetes de minibús para ir a Patong, a Phuket Town, al aeropuerto, etc. Sale mucho más barato ir en esos minibús que en taxi (la única otra opción además de caminar o hacer dedo) así que es recomendable pillarlos en el barco.

* Los bungalows de Paradise Resort cuestan 700 bahts por noche o 1.100 si son en primera línea de mar.

martes, noviembre 15, 2005

Recorrer el mar de Andamán en barco para bucear

4 noches/4 días por las islas Similan, Koh Bon, Ko Tachai y Richelieu Rock



Tailandia tiene una cultura turística mucho más larga que Indonesia pero aún así quedan muchos rincones por explorar (por más que guías como la Trotamundos lo duden, que alguien le eche una ojeada a esa guía sobre Tailandia, se le quitan inmediatamente las ganas de ir!!)



Con el buceo pasa algo parecido. Tailandia duplica, triplica o quintiplica el número de negocios de buceo de Indonesia y en algunas zonas puede dar la impresión que los peces han sido substituidos por... buceadores.

Sin embargo, es posible subirse a un barco por tres, cuatro, cinco días o los que se quiera y alejarse de los sitios más cercanos a la costa para disfrutar de paraísos subacuáticos... y disfrutar de unas vacaciones en las que no hay que pensar porque todo lo que se puede hacer es: bucear + comer + visitar playas de arena blanca casi desiertas + leer y escuchar musikita + recibir masajes + contemplar las estrellas + meterse en la cama + dormir + soñar con pececillos de colores :)

Extraordinario. A la espera de poder repetir la experiencia por otros mares, ésta vez, la primera, hemos recorrido las islas Similan (en la primera foto uno de los dive sites denominado "Cabeza de elefante" por la forma de la roca) , Koh Bon (tercera foto, el mejor lugar de la zona para ver mantas --buscádlas en la eternidad azul), Koh Tachai y la mítica Richelieu Rock, una roca sumergida en mitad del mar de Andamán (sólo se ve la puntita, un metro aprox. en bajamar) donde entre febrero y mayo los más afortunados pueden encontrarse con tiburones ballena, el pez más grande del mundo, totalmente inofensivo porque se alimenta sólo de pláncton. Todavía no lo hemos encontrado bajo el agua pero seguimos buscando :)

La ventaja de hacer un liveaboard (o vidaabordo) en Tailandia respecto a Indonesia es que los precios son mucho más bajos y la comida es muchísimo más buena (en términos generales).

Nosotros fuimos a bordo del barco de Similan Diving Safaris (380 euros --19.000 bahts-- por persona en cabina superior doble, con equipo, comida y agua incluidas, cuatro días y cuatro noches).

* Si alguien no sabe bucear, se puede sacar el Open Water Course (dos días de teoría y ejercicios en piscina) y luego subirse al liveaboard por 20.000 bahts, lo que significa que sólo paga 20 euros por el curso, toda una ganga (los amigos que salen en estas fotos, Jaime y Mónica, lo hicieron y luego buceamos los cuatro juntos, estuvo genial!).

El personal memorable, sobre todo Sii la cocinera (mmmm, la comida estaba impresionante y comíamos cinco veces al días, nos pusimos como toneles :) Joe, el dueño, quien sobrevivió al tsunami, y un instructor italiano, Stefano, muy enrollado y dispuesto a contar historias geniales, como la de dos belgas con los que coincidió en el Mar Rojo que bajaban hasta 60 y 80 metros de profundidad como el que va a por el pan por las mañanas o la de un menda que ha estado buceando y pescando a las mismas profundidades sin saber que son las paradas de seguridad, la descompresión y otras enseñanzas básicas del PADI (equivalente al carnet de conducir en el mundo del buceo).

Muchos liveaboards salen desde Phuket pero con los que fuimos están en Khao Lak, al norte de Phuket (calculad una hora y media desde el aeropuerto, se puede llegar en autobús o en taxi (unos 20 euros, 1.000 bahts).

Khao Lak quedó arrasado por el tsunami pero están reconstruyendo a toda prisa. Como sus playas no son de arena blanca sino amarilla, la zona cuenta con poco turismo (y, en cambio, sus puestas de sol son extraordinarias, como la de la foto):



Detalles prácticos

* Se puede reservar online y no es necesario pagar nada previamente (algo que se agradece, porque en Indonesia esto es mucho más difícil).

* En cabina de cuatro (en vez de doble) el viaje sale por unos 300 euros por persona por cuatro días.

* En Similan Diving Safaris no tienen ningún instructor que hable en español (pero sí en italiano, francés, alemán, sueco, tailandés e inglés, claro). Aún así, en Khao Lak hay una tienda de equipamiento de buceo llevada por un español encantador (que parece alemán, eso sí) en la que también se ofrecen liveaboards.

* Pa'vacilar: En Phuket hay varias tiendas que hacen trajes de neoprenos a medida. Elige los centímetros de grosor del traje, dónde pones la cremallera, si quieres bolsillos, los logos... y todo lo que se te ocurra. Me quedé con las ganas por falta de tiempo, aaaaahhh.