el otro lado del mundo

sábado, julio 29, 2006

Tokio Metero

El Metro en Tokio te lleva a todas partes, por poco dinero y rapidísimamente, pero, sobre todo, es un alucine. Por la gente que entra y sale, va para un lado y otro, con los teléfonos móviles, —totalmente diferentes a los nuestros y que, o encasquetados a los iPods, algunos pocos con minúsculos libros (no sabemos por qué, pero siempre vimos gente con libros muy pequeños), libros mangas tamaño listín de teléfonos y muchos durmiéndose.


Miles de hombres grises en sus trajes de chaqueta que vienen y van al trabajo, todos iguales, con el maletín, ocupando vagones y andenes, subiendo por las escaleras, corriendo para llegar a tiempo, quedándose dormidos, pasándose de parada, cayéndose borrachos tras la larga jornada de trabajo y posteriores cervezas y sakes con compañeros y jefes.

Para ir del Aeropuerto de Narita a Tokio el sistema de transporte más barato es un tren de cercanías que luego conecta con el metro.

Cuando uno llega a la estación de tren subterránea se encuentra con cuatro máquinas y tres planos diferentes del sistema de transporte de la capital nipona que parecen tres sistemas de spaghettis de colores con números y letras imposibles de descifrar... "¿y ahora qué?"... pues lo mejor es: respirar, relajarse y agudizar las estrategias de comunicación y entendimiento. Pensar, tranquilizarse, saber a dónde quiere ir uno, buscar la parada en inglés... porque aunque uno al principio no ve más que signos escritos hay una parte en grafía latina, y poco a poco ir descifrando el puzzle.

Y cuando se vaya a comprar el billete en la máquina... seguir con la misma técnica porque con un poco de dedicación se consigue comprar el billete y llegar al destino.

Algo muy bueno que tienen el sistema de metro y cercanías es que uno compra el billete pasa al anden, al vagón y viaja. En la estación de salida correspondiente hay unas puertas abiertas por las que hay que introducir de nuevo el billete. Si la tarifa seleccionada y pagada en la estación de partida, donde se compró el billete, es inferior e incorrecta a la que debería pagarse, se cierran las puertas. No pasa nada. Hay una maquinita a pocos metros con un letrero: "fare adjustment". Se introduce el ticket en la maquinita y ésta te indica el dinero que falta por pagar. Se paga, te devuelve el billete de metro, vuelves a la puerta, lo introduces de nuevo y ya está.
Además de la maquinita se pueden encontrar jefes de estación que hacen el mismo servicio.

Hemos de admitir que no logramos ver la imagen típica de los guardas de estación empujando y estrujando a los pasajeros para lograr entrar en el vagón, sin embargo sí vimos trenes hasta arriba con gente pegada al cristal, sin poderse mover. La hora más espectacular es el viernes a las 12 de la noche, último tren... nosotros rumbo a la noche tokiota y los hombres de gris arrastrándose por los andenes para llegar al último tren que les devuelva a casa.... si lo pierden... a pasar la noche en algún hotel cápsula.

Rafa - rafa@iontecnologias.es

miércoles, julio 26, 2006

Subiendo por el río Mahakam, la amenazada tierra de los dayaks

Punto de partida: Samarinda
Lo más fácil es llegar en avión hasta Balikpapan (desde Yakarta o Singapur) y desde allí coger un autobús o un taxi tres horas hasta Samarinda. Para los que vayan en bus: mejor sentarse cerca de una puerta abierta o una ventana porque les queda un rato todavía para instalar aire acondicionado y, sobre todo, pillar tapones para los oídos porque tienen unos altavoces que podrían competir con cualquier discoteca...



El río Mahakam, uno de los más grandes de la isla de Borneo, ha sido durante siglos uno de los territorios poblados por la tribu de los dayaks, conocidos especialmente por sus mujeres de orejas largas y muñecas y tobillos tatuados.

Los dayaks comparten ahora el Mahakam con decenas de miles de javaneses, con empresas madereras, papeleras y crecientes plantaciones de palma de aceite donde antes había exhuberantes bosques tropicales húmedos.

La presencia de estas empresas se intuye detrás de los múltiples incendios y la rápida deforestación y quienes busquen hacer trekking por selvas vírgenes o encontrar dayaks que casi no hayan tenido contacto con la civilización es mejor que cojan un avión desde Samarinda hasta Long Ampung, Long Lunuk o Data Dawai con la aerolínea DAS (está muy subvencionada, los vuelos cuestan unos 20 euros aunque en las agencias pedían 100 porque decían que sólo estaba subvencionado para los locales, no sabemos sin saber si era cierto porque durante la primera quincena de julio no volaron las avionetas por falta de combustible!)

Subida en barco: una experiencia social
Si no se pilla un avión y, en cambio, se sube el Mahakam en barco desde su delta, en Samarinda, es mucho más una experiencia social que exploratoria. Compartir durante unos días la vida con centenares de personas que se mueven arriba y abajo del río, viven encima de sus aguas, pescan, juegan, se duchan en él, lavan los platos y la ropa y demás día tras día...

Es difícil imaginar la vida de un anciano que no ha salido en su vida de allí o que pasará con los niños que ahora juegan en el agua.


La distancia entre estas regiones y las ciudades se agranda cada vez más y el único modo de verlo es a través de las omnipresentes pantallas de televisión, que durante un mes este verano mantuvieron en vilo cada noche a miles de personas que se levantaban a la mañana para seguir el Mundial de Fútbol.

Así se convirtió en un ritual, cada mañana, traernos junto al desayuno el último resultado, que podía también adivinarse al salir a las calles —o al río— y ver las camisetas que llevaba puesto el personal ese día...

Con o sin guía
Los habitantes del Mahakam, como en todo Indonesia, son muy amables, se mueren de curiosidad al ver un guiri e intentan ayudar (otra cosa es que a veces no tienen ni idea e intentan ayudar igualmente... :)

A menos que alguien se quiera adentrar por la selva para hacer trekking es bastante fácil moverse por la zona pero quien busque un guía local con experiencia, barato, tranquilo, sonriente y con una hermana que es una de las mejores cocineras del Mahakam, que pregunte por Deny en el hotel Hidayah 2 de Samarinda (+62 541741712).

Las agencias que tienen páginas por Internet ofrecen unos precios que doblan o triplican los de los guías locales que se pueden encontrar con facilidad en Samarinda.

En ferry o "long boat", los medios de transporte
Los ferrys, el medio básico de transporte, son numerosos y tienen dos plantas: una abajo, donde todo el mundo se sienta en el suelo, y otra arriba, donde hay colchones y almohadas puestos en fila y se puede dormir (siempre que no se esté en el extremo del barco más cercano al motor, esto es importante!!). La diferencia de precio para un guiri es mínima, dos o tres euros.

Durante el día la planta de arriba es mucho más calurosa y se está mejor en la de abajo aunque si se tiene suerte y no lo han ocupado ya, el mejor sitio para ver el río, sobre todo al atardecer, es el pequeño "balcón" que hay en la proa del barco.

Para las distancias cortas o para desviarse del curso del río es mejor coger un "long boat", en los que caben entre 4 y 10 personas. En Kota Bangun, una de las primeras ciudades del río, donde también se puede llegar en autobús, hay un barquero muy majo con un bote nuevo. Se llama Aril y su teléfono es +62 81545160467.

Para los que quieran info sobre itinerarios, explicamos el que hicimos nosotros (desaconsejamos todos los viajes que pasen por Tanjung Issuy porque es muy turístico y de poco interés).

Uno de muchos itinerarios por el Mahakam
Samarinda - Kota Bangun - Melak - Eheng - Tering - Muara Muntai - Mancong- Kota Bangun - Samarinda


Facilín, mucho más para ver cómo vive —o sobrevive— la gente que vive en los márgenes del Mahakam que como experiencia exploratoria por selvas vírgenes


Día 1: Desde Samarinda se suele ir a Kota Bangun en autobús por dos euros (lo mismo, lo mejor en la última fila cerca de la puerta abierta) y desde allí se coge un ferry a Melak (como se va hacia el oeste se ven unos atardeceres impresionantes :). Se llega por la noche.

Día 2: Desde Melak se pueden concertar excursiones por los alrededores para ver poblados dayaks por alrededor de 30-40 euros. Entre los sitios más interesantes están:

Eheng: Hay una "long house" en la que viven cerca de 200 dayaks de ocho familias y comparten un inmenso comedor. El tejado tuvo que ser trasladado por más de un centenar de personas y cuando la casa se finalizó, hace casi 30 años, se celebró una gran fiesta en la que se sacrificaron numerosos bueyes.
Al otro lado de la carretera, un poco escondido, hay un cementerio dayak con algunos monumentos funerarios de madera más de un siglo de antigüedad.

Tering: Aquí está el jardín de orquídeas, uno de los pocos sitios de Borneo donde se pueden encontrar las orquídeas negras, que florecen sobre todo en la temporada de lluvias, entre diciembre y marzo. De las 5.000 hectáreas de bosque donde se encontraba esta especie protegida de orquídeas tan sólo han quedado 17'5 hª después de los incendios de 1998.

En otro poblado, Kersik Inalohi se puede ver a Bua Geh, de 81 años, la única mujer dayak del pueblo que ha seguido la tradición de colgarse aros en las orejas para que éstas le lleguen hasta los hombros (su hermana murió el día anterior a que llegásemos). Los poblados del interior son mucho mejores para ver poblados dayak que mantienen esta costumbre.

Día 3: Desde Melak, río abajo, llegamos hasta Muara Mutai, el pueblo de la hermana de Deny, el tercer día. Este pueblo no tiene nada de especial pero se está muy tranqui, la familia es muy simpática y tienen una acogedora pero muy simple pensión llamada Tiara donde se comen unas gambas de río y un pescado hecho con brasas de madera impresionantemente buenos.

Día 4: El paseo desde Muara Mutai hasta Mancong es muy bonito porque, primero se atraviesa un lago enorme y luego se llega a través de un pequeño río poblado de aldeas diminutas en sus márgenes, que se reflejan en el agua junto al cielo y las nubes día tras día.

A ambos lados del río pueden verse a menudo monos proboscis o narigudos, endémicos de Borneo pero lo más impresionante son unos grandes pájaros azules que cruzan rápidamente de una a otra orilla o a veces vuelan a ras de agua varios metros antes de esconderse otra vez. Si el bote se detiene, puede escucharse su canto y el de las otras muchas especies de pájaros que pueblan la zona que normalmente quedan ocultos por el ruido del motor.

Sin embargo, el único momento en el que nosotros detuvimos el motor fue porque un tronco abrió una vía de agua en la parte delantera del bote y el barquero se sacó un machete muy grande, pilló un remo, lo empezó a romper a machetazos y después lo clavó en el agujero con tornillos para conseguir llegar hasta el próximo pueblo. Nos dejó impresionados aunque durante unos minutos, mientras iba entrando el agua y el barco hundiéndose más y más, no hubo quien dijese una palabra...

Día 5: Vuelta en "long boat" hasta Kota Bangun y luego a Samarinda en el autobús en el que no deja de subirse gente y se sientan en pasillos, en las escaleras, encima unos de otros o de pie cuando no queda ya ni un trozo disponible...

Si alguien va más allá de la parte navegable del Mahakam y se mete en los rápidos o vuela en avioneta a los pueblos del interior, que lo cuente!

viernes, julio 21, 2006

Tokio al alcance de cualquier bolsillo

Un viaje en metro de 1 a 2 euros, una comida en un sushi bar por unos 10 euros por persona, una cerveza en una discoteca unos 5 euros, una coca-cola en un museo 4, un café en la cafetería Segafredo en Sibuya unos 2 euros, una habitación doble en el youth hostel Khaosan Tokyo Asakusa: 30 euros, zapatillas de deporte desde 25 euros, un plato de noddles, perfecto tentempié a mitad del día, 4 euros, cine 10, entrada a museos alrededor de 10, a una discoteca de 20 a 35, bajada de bandera 4,5.


Todavía hoy en día pesa sobre Tokio el estereotipo de ciudad extraordinariamente cara. Por supuesto que lo es si la comparamos con otras grandes ciudades de Asia, pero podemos estar seguros de que si hemos podido comer, beber, comprar y transportarnos en ciudades como Roma, Londres, París o Madrid lo podemos hacer, incluso por menos dinero, en la capital japonesa.

Por supuesto que calificar una ciudad como cara o barata es muy subjetivo y está sujeto a los gustos y hábitos de cada uno. Sin embargo tomemos tres aspectos básicos en todo viaje y apliquemos de esta forma un rasero más objetivo.

Hoteles
Los hoteles de cinco estrellas son tan caros como puedan ser en Europa. Sin embargo también tenemos otras posibilidades más económicas.
Este albergue Khaosan Tokyo Asakusa no es realmente un ejemplo de privacidad. Aunque en la web se señaen varios tipos de habitaciones —dobles, cuádruples o mayores— en realidad éstas se separan por una fina placa de madera. La sensación, aunque no se vea a los vecinos, es la de dormir en una gran habitación compartida, donde la luz y el ruido de los demás compañeros llegan con total claridad a la "habitación" de uno.
En cuanto a la limpieza, seguridad y economía no hay nada que objetar.

Transporte
El metro de Tokio, aunque impresiona y parece difícil de utilizar en el primer contacto, es en realidad fácil, práctico, rápido y económico.

Los precios por trayecto varían dependiendo de la distancia pero se sitúan entre 1 a 1.7 euros aproximadamente.
Por menos de dos euros se puede cruzar la ciudad de una esquina a la opuesta en media hora. Alta tecnología japonesa puesta al alcance de todo ciudadano.

Comida
Al igual que ocurre con los hoteles en Tokio se puede encontrar restaurantes de altísima calidad y precios.
Uno de los encantos que tiene Tokio son los establecimientos o tabernas en las que se puede comer gran variedad de comidos a precios muy ajustados.


Hay tabernas en las que uno se encuentra un público mayoritariamente masculino. Ejecutivos que después del trabajo van con sus colegas a beber unas cervezas y/o sakes y comer sashimi y tempura. Hay otras más de barrio en donde parejas, familias, abuelos o jóvenes se reunen para comer sushi, noodles u otros muchos platos que ofrece la cocina japonesa.
En este tipo de establecimientos se puede comer estupendamente por precios que pueden no superar los 10 euros.

Rafa - rafa@iontecnologias.es

carlos en vivo