Stadium, discoteca única

Cuando llegué a Yakarta hace más de dos años un amigo me dio un par de nombres para poder salir la noche del viernes. Burgundis, el pub del Hotel Hyatt era el primero. Se trata del típico club globalizado y globalizador que puedes encontrarte en cualquier hotel de cinco estrellas del mundo, igual en Tokio que en San Francisco, Yakarta o Moscú.
En este club de la capital indonesia se puede disfrutar de fantásticos cocktails salidos de precio y de las mejores bandas de jazz, jazz latino y soul en directo de la ciudad.

La segunda parada era Retro. La discoteca del hotel Crown. Entonces de moda, hoy en día venida a menos. Una discoteca para bules (guiris) con nivel adquisitivo y hambrientos de carne local.
La música era buena pero el ambiente no era el mío. Pregunté al dj un lugar de buen techno.. si es que había…

Y lo hubo. Me dijo: “coge un taxi y vete a Stadium. Con toda seguridad el conductor sabrá llevarte”. Y no paré de bailar hasta bien entrada la mañana.

Stadium abría todos los días de la semana. Y el fin de semana más.
A partir del mes de julio del 2005 un cambio en la plana mayor de los jefes de policía hizo que llevaran una serie de acciones de lavado de imagen —la policía es bien conocida en Indonesia como una institución en que la corrupción a todos los niveles campa a sus anchas—. Para ello han atacada principalmente el juego, casinos ilegales y redes de apuestas, y por otro lado las drogas y el ocio nocturno.

Stadium (Stadium) es conocida por ser la mejor discoteca de Yakarta, con la mejor música, el lugar más oscuro de la ciudad en donde uno se puede encontrar a cualquiera y conseguir de todo.
Los mejores Dj del mundo han pinchado en esta disco, desde Sasha hasta Deep Dish, Danny Tenaglia,Anthony Papa, Chus + Ceballos y un largo etcétera; y sus djs residentes deberían tener renombre internacional por su brillante calidad, especialmente a partir de las seis de la mañana.
Los fines de semana no cerraba. Abría sus puertas el viernes y cerraba el lunes de madrugada. Non stop.
Desde la redada del mes de julio Stadium ha tenido que ceñirse a las reglas (¿?) y encender luces y parar la música a las cuatro.
El pánico y la duda de que una de las mayores diversiones de la capital, única en Asia, se hubiera acabado embargó a muchos amantes de la oscuridad. Poco a poco renovamos esperanzas, cada fin de semana la noche se alarga unos minutos más y esperamos que después de Ramadán, en noviembre, haya pasado el suficiente tiempo como para que las reglas se olviden y la ciudad vuelva a tener un rincón en donde la noche y el día son una misma cosa.