el otro lado del mundo

viernes, enero 13, 2006

Formol, bórax y otros ricos y baratos conservantes cancerígenos

El formol se usa comúnmente para embalsamar cadáveres, como desinfectante de granjas, fertilizante y un sinfín de aplicaciones industriales... Pero los indonesios y los guiris locos que vivimos aquí acabamos de descubrir que este peligroso químico está generalizado como conservante ilegal para alimentos tan comunes como pescado fresco, fideos o tofu.



El formol es tan sólo la punta del iceberg de un escándalo alimenticio destapado por el Ministerio de Educación.

En inspecciones realizadas a vendedores ambulantes y puestos callejeros, más de un diez por ciento han dado positivo en algún agente químico dañiño para la salud humana. Entre otros, un colorantes textil y de celulosa, la rodamina B, que aquí se emplea para colorear de rojo bebidas, pasteles y galletas. O el bórax, usado en la industria cosmética, de cuero, electrónica y nuclear pero en Indonesia utilizado para realzar la frescura de ostras y almejas.



Todos estos conservantes, como por arte de magia, consiguen que el pescado y el marisco parezcan frescos durante más de una semana en un país tropical con temperatura media de 30 grados.
Los pescadores deberían usar hielo pero se quejan que es hasta quinientas veces más caro: “Un litro de formol cuesta 10.000 rupias (80 céntimos de euro) y permite conservar 10 toneladas de pescado. Se necesitarían al menos 300 bloques de hielo, es decir 4.500.000 rupias (400 euros) para la misma cantidad de pescado, no nos lo podemos permitir”, dijo un pescador en condición de anonimato en el puerto de Yakarta.

Aunque la venta de estos conservantes requiere un permiso especial, la Policía ha incautado varias toneladas de formol almacenadas ilegalmente en viviendas particulares y garajes.
Según la Policía, todos los arrestados por comercio y uso ilegal de agentes químicos serán juzgados bajo las leyes de Sanidad, distribución de alimentos y protección al consumidor .
Si son declarados culpables podrían enfrentarse a cuantiosas multas y penas de hasta quince años de cárcel.

La sociedad indonesia ha reaccionado con indignación y miedo al escándalo y las ventas de pescado y tofu han disminuido en casi un 25 por ciento durante la última semana.
Además de abastecer al mercado local, Indonesia exporta toneladas de pescado a numerosos países, entre los que se encuentran miembros de la UE como España.